COVID-19: La Sociedad en Cuarentena

Todas las entradas que he publicado hasta ahora las he decidido escribir de manera libre. No obstante, esta vez, creo que la situación actual que estamos viviendo me obliga a redactar estas líneas.

La crisis mundial del COVID-19 provocó en su llegada a España que el Gobierno tomase la decisión de hacer un llamamiento y proclamara el denominado Estado de Alarma. El protocolo que se pidió a los ciudadanos de la nación fue que no saliéramos de nuestras casas, cumpliendo así una cuarentena de quince días (aunque esta última orden ha acabado aumentándose a otros quince días más, como era de esperar).



Fuente: https://gcn.com/articles/2020/02/25/geoai-covid-19-mapping.aspx

Dentro del campo salutogénico, Sandra Ruano Muñoz, una amiga que está estudiando su segundo curso dentro del grado de enfermería, se ha ofrecido a prestarme información del ámbito que se estudia en su carrera universitaria: la salud. Y como ella afirma, al inicio la sintomatología de este virus no era alarmante, puesto que era muy similar a la de una gripe (afección de las vías respiratorias altas, malestar generalizado, fiebre y tos seca irritativa). No obstante, las complicaciones que se desarrollaron, comenzaron a preocupar a los expertos: neumonía bilateral y factores de riesgo (personas mayores, personas con patología previa crónica o pluripatología, personas inmunodeprimidas...). Quizá uno de los aspectos que llame más la atención sea el caso de los niños, ya que, pese a la elevada patogenicidad y transmisibilidad, se han mantenido completamente asintomáticos (A mediados de mayo comenzó a salir en diferentes medios de prensa y televisión la noticia de que a los niños puede que les esté afectando de una manera diferente a los adultos, por tanto, no son del todo asintomáticos como en un principio se creía).


Socialmente esto ha supuesto una problemática bastante relevante. Nadie está preparado para este tipo de escenarios. Un día te levantas y ves que se ha prohibido el salir de tu casa. ¿Cómo reaccionas? En mi caso reaccioné bien al principio. Asumí que iba a ser solo una temporada. Pero poco a poco ha ido cansando la rutina de todos los días. El asomarte a la ventana o salir a la terraza para ver la calle y saber que no puedes pisarla es algo complicado de asimilar. Si para las personas adultas ya es complicado, imaginad para un niño. Los niños necesitan salir a la calle más que nadie, forma parte de su desarrollo vital y social. 



Fuente: http://www.cronicaviva.com.pe/coronavirus-google-en-campana-quedate-en-casa-en-el-buscador/

Por desgracia, mucha gente prefiere romper las normas y salir de su casa pese a su entera prohibición. O peor aún, reuniéndose con gente, no respetando la distancia de seguridad... Casualmente estas personas luego serán las que se quejen de que nos tienen retenidos en nuestras casas. La hipocresía es lo que tiene... Esta gente debería saber que todos somos iguales ante el coronavirus. Da igual que seas rico o pobre, que seas persona de riesgo o no, que seas joven o adulto; ya lo decía Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre. La única diferencia es que él hablaba de la muerte; nosotros hablamos de un virus.



Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir:
allí van los señoríos,
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos;
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

Respecto a estas situaciones en las que las personas incumplen las normas establecidas de no salir de nuestros domicilios, muchas compañías, empresas y personas se han sumado al movimiento #QuédateEnCasa o #YoMeQuedoEnCasa, los cuales han tenido una gran repercusión en las redes sociales y una muy buena acogida especialmente por los grupos sanitarios que están conviviendo diariamente con el panorama en el que llegan nuevas personas infectadas por COVID-19 a las cuales tienen que atender.


Fuente: https://colmedse.com.ar/2020/03/18/aviso-importante-en-virtud-de-la-pandemia-covid-19/quedate-en-casa/

No obstante, el quedarnos en nuestras casas ha originado problemáticas relacionadas con el quedarnos confinados. Sobre todo a nivel familiar y social. Algunas de estas problemáticas surgen a raíz de que nos hemos tenido que acostumbrar a cambiar nuestro modo de vida o lifestyle. Debemos tener en cuenta muchos tipos de familias: parejas, familias con hijos, ancianos, adolescentes, personas que viven solas...

Por ejemplo, en el primer caso, puede haber afectaciones en torno al ambiente emocional y sentimental de la pareja debido al estrés, la presión de estar encerrados. Esa ansiedad o sentimiento de ahogo también podemos apreciarla en adolescentes o gente joven, puesto que estamos más acostumbrados a salir con amigos generalmente y que nos prohíban el salir de casa nos cuesta bastante, pero es la única solución que podemos llevar a cabo si queremos que esto se acabe cuanto antes.

En el caso de los más mayores es distinto, pese a que puede haber personas de este estrato que también gusten de salir a pasear. No obstante, principalmente el problema que se plantea es el de la soledad. Si viven solos son personas desamparadas, puesto que al ser personas de riesgo, tienen completamente limitado el contacto con otras personas, aunque éstas sean de su misma familia. Es cierto que existen métodos como el llamar por teléfono o incluso hacer videollamadas, pero no es lo mismo tener un trato digital que sentir el calor de una familia de manera física y presencial.

Hablábamos antes del estrés y decíamos que los niños sobre todo son los que más necesitan salir. Esto no sólo lo dicen los psicólogos ni los mismos niños, sino sus padres también. Tengamos en cuenta que los niños tienen que explorar su entorno, crecer en él, no quedarse encerrados en casa. Esto provoca un aumento de angustia para ellos, incitando esa sensación de irritabilidad a los propios padres.

No podemos olvidarnos de los grupos más vulnerables. Hemos hablado de familias principalmente comunes o sin ningún problema aparente, pero ¿qué hay acerca de las mujeres maltratadas que viven con sus parejas?, o ¿qué hay de los niños que sufren abusos de sus padres o cuidadores? Son escenarios complicados en los que ninguna persona sabría cómo actuar correctamente. No sólo viven con los sentimientos ya mencionados, sino que conviven con el miedo diario multiplicado por dos, puesto que conviven con sus maltratadores.

Por ahora solo nos queda ser pacientes. Debemos estar más unidos que nunca, no sólo por nosotros mismos, sino por los demás. Si las normas prohíben salir de nuestras casas, debemos obedecerlas. Así pues, evitemos reunirnos con los que más queremos, intentemos no abrir la puerta de nuestra casa si no es estrictamente necesario; cumplamos las normas y volvamos a los entretenimientos que pueden mantener a las familias más unidas que nunca: partidas de cartas, juegos de mesa, ver series o películas en familia... Muchos medios ya han comunicado que diferentes empresas relacionadas con el mundo del entretenimiento han hecho descuentos o incluso ofertado semanas gratuitas para disfrutar de sus contenidos durante el periodo de cuarentena. Como la espera no será breve, tomen asiento y compartan con sus familiares esos momentos de conexión humana, tales como hablar, contar experiencias y, en definitiva, disfrutar de nuestros seres más cercanos, ya sea en el mismo metro cuadrado, o en la distancia.


Fuente: https://www.dailymaverick.co.za/article/2020-03-16-covid-19-a-guide-to-south-africas-new-state-of-disaster/

PD: Referente a la crisis del COVID-19, puedes encontrar en la pestaña de "Pedagogía" una entrada referente a la parte que corresponde al teletrabajo o clases virtuales durante el confinamiento que puede resultar de interés o complementario a esta entrada.

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