Clases Online: Valoración de los estudiantes

Debido a la situación social que se está dando durante esta crisis del COVID-19, el teletrabajo y las clases online son dos tópicos de los que se está hablando diariamente. No obstante, no se habla tanto de los problemas socioeconómicos que pueden tener muchas familias por culpa de esta situación y de que puede que no dispongan de los recursos necesarios para acceder a esas clases virtuales.

Mi opinión al respecto es que a la mayoría de los profesores les da igual, y sé que puede sonar muy frívolo, pero es lo que pienso. En mi curso la mayoría de los profesores no dan facilidades, siguen siendo igual de estrictos con las fechas de entrega de trabajos (aunque no sean conscientes -o no quieran serlo- de que la plataforma del Campus Virtual va francamente mal cada dos por tres)... Sin embargo, he de decir que hay otros profesores que EMPATIZAN con nosotros y nos han levantado la mano en varias ocasiones: nos preguntan cómo estamos llevando la situación, han atrasado fechas de entrega, se preocupan por nuestro ambiente más cercano, han sustituido los exámenes por trabajos... en definitiva, han sido más flexibles.

Ante esto, he decidido ver la opinión de más estudiantes al respecto. Por tanto, diseñé un formulario desde la plataforma online de Google Drive y lo compartí con muchos de mis contactos. Al final, podemos decir que en esta "investigación" participaron 98 personas. Quiero añadir que se trata de una encuesta anónima, dividida en dos partes: la primera pedía datos acerca del curso académico que cursaba (ESO, Bachillerato, Grado Medio, Grado Superior o Grado Universitario) y el número de asignaturas que ofrecían clases virtuales y tareas virtuales, y la segunda de ellas eran valoraciones de opción múltiple de afirmaciones que yo mostraba. He puesto fotos de gráficos con los porcentajes de las respuestas para analizarlo con más detalle y poder sacar una reflexión final con datos empíricos. Quiero añadir un último apunte en el que quiero concretar que no todos los participantes son de la comunidad de Castilla la Mancha, sino también de otras comunidades autónomas de España, como Galicia o Madrid.




Como vemos, la mayoría de participación fue de Grados Superiores y de Grados Universitarios, aunque un porcentaje refleja la participación de estudiantes de Bachillerato. Mientras tanto, de la ESO y de Grados Medios no hubo ni un solo participante.



En la siguiente pregunta observamos más variedad. Un sorprendente 44,4% está recibiendo tan solo clases online de una asignatura o ninguna, mientras que un 27,8% recibe entre cuatro y seis asignaturas, un 16,7% entre dos y cuatro y un 11,1% más de seis asignaturas. Observamos un primer desequilibrio en cuanto al número de materias impartidas por vía online.


En dos grupos observamos que el 27,8% de los participantes recibe tareas de entre dos y cuatro asignaturas, al igual que ocurre con los que reciben tareas de entre cuatro y seis asignaturas. La mayoría la lleva el grupo del 38,9% que tiene tareas de más de seis asignaturas. Una minoría (5,5%) tan solo tiene tareas virtuales en una o ninguna materia.


Hasta aquí duró la primera parte de la entrevista, para conocer una serie de datos acerca de los participantes que se sometían de manera libre al formulario. Ahora sí, presento de manera más detenida, en otros gráficos, las valoraciones que hicieron a diferentes aspectos del método de clases online. Las posibles respuestas eran: muy en desacuerdo, en desacuerdo, ni en acuerdo ni en desacuerdo, de acuerdo y completamente de acuerdo:





Observamos en la primera pregunta de la sección de valoraciones tres partes:


  • Por un lado apreciamos una mayoría formada por un 38,9% y un 11,1% que defiende que los profesores generalmente se preparan las clases virtuales; un dato muy positivo.
  • En el otro lado tenemos un porcentaje de 22,2% y otro 11,1% que defienden una opinión radicalmente distinta a los anteriores; los profesores, en general, no se preparan las clases.
  • Finalmente, tenemos en tierra de nadie un 16,7% que no está ni del todo a favor ni del todo en contra.
Esto nos permite decir que los profesores, mayoritariamente, sí que preparan sus clases virtuales, puesto que una gran parte del alumnado así lo percibe. En este apartado he de decir que, personalmente, sí que creo que se preparen y trabajen sus clases. Además, en las herramientas que ejercen de Aulas Virtuales se ha visto una mayor participación que cuando asistíamos a las clases presenciales.


Aquí nace el debate. Más de tres cuartos de los participantes (77,8%) afirmaron que están completamente de acuerdo en que la carga de trabajo online es mayor en comparación con la carga de trabajo que había en las clases presenciales. Tan solo vemos una minoría (11,1%) que difiere en esta afirmación, además de un conjunto de un 5,55% cada uno que se muestra de acuerdo y ni en acuerdo ni en desacuerdo. Se obtuvieron 0 votos en la opción que se refería a muy en desacuerdo.

Estoy absolutamente de acuerdo con la opinión de la mayoría. Desde que se iniciaron las clases virtuales el trabajo se ha multiplicado. E incluso me atrevo a decir que profesores que escasamente mandaban tareas que hacer, ahora están exigiendo casi el triple de trabajo. Esta es una de las realidades más absurdas que he podido vivir en primera persona. ¿Realmente es necesario y justo que los estudiantes tengamos que cargar con tantas tareas?

Además, hablando acerca de mi experiencia personal... Yo estudio Magisterio de Educación Primaria. Nos enseñan a trabajar metodologías activas, se llenan la boca de decir que es el alumno quien construye su propio aprendizaje y que los maestros tan solo somos sus guías. ¿Por qué no se aplican lo mismo? ¿Cómo quieren defender unas ideas y unas teorías del aprendizaje si luego vemos otra cosa totalmente distinta? Me parece muy hipócrita por parte de estos profesores (y aprovecho para destacar la palabra "ESTOS", ya que no quiero meter a todos los profesionales de educación en el mismo saco, porque no todos son iguales; de ahí que en las preguntas señale lo que opinan de los profesores, "en general").


Otro dato que sorprende mucho es esta pregunta. Entiendo que la ley estipule unas normas a la hora de evaluar a los estudiantes en esta situación de exclusividad. Lo que no entiendo es que no se muestren flexibles a la hora de entender que ponernos a estudiar con la presión de que no podemos salir a la calle a que nos dé el aire, los problemas que está teniendo nuestro familiar en el hospital tras haberse infectado de coronavirus, el malestar social, el encender la televisión para despejarnos y ver por todos sitios noticias negativas sobre el COVID-19... nos afecta como a todo el mundo. Pero claro, si suspendemos o no alcanzamos los resultados mínimos es nuestra culpa por no haber estudiado lo suficiente. Pues un 38,9% y un 22,2% se muestran completamente en desacuerdo acerca de si los profesores nos han tenido en cuenta a la hora de considerar la evaluación. Un 33,3% prefiere mantenerse neutral, y tan solo un pequeño porcentaje representa a esa minoría que está de acuerdo.


Casi la mitad de los 98 participantes (44,4%) afirma estar en desacuerdo sobre la buena actitud que han mostrado los profesores con nosotros. No obstante, vemos una dicotomía , principalmente defendida de manera positiva por un 22,2% que se mantienen neutrales y un 27,8% que afirman estar de acuerdo. También vemos un pequeño porcentaje que defiende estar completamente de acuerdo. Es una opinión muy dividida y que creo que, aunque al igual que en las otras preguntas dependía del tipo de profesor, en esta ocasión depende de ello más que nunca.


Finalmente pedía una valoración general respecto a la calidad de estas clases virtuales entre 1 y 5 (siendo 1 muy deficiente y 5 muy positiva). Encontramos variedad de opiniones. Mayoritariamente tenemos participantes que han optado por dar puntuaciones muy negativas (44,4% en total) y otros que han optado por las puntuaciones más sobresalientes (11,1% y 16,7%). También podemos hablar de un aprobado que dan en el límite un 27,8% de los participantes de esta encuesta.

Como reflexión final diría que la enseñanza a través de métodos virtuales está siendo mucho peor que las clases presenciales y, en parte, se debe a la falta de empatía que muestran muchos de los docentes. Aprendamos a ver que hay muchos factores que afectan al aprendizaje de los alumnos, sean niños de instituto, universidad o Educación Primaria.

De lo que estoy seguro es de que esta experiencia sólo me sirve para saber qué tengo que evitar hacer en situaciones similares en un futuro como maestro de Educación Primaria. El alumno es lo primero, porque es el mañana. Tampoco estoy hablando de regalar notas, pero sí estoy hablando de ser justos y razonables con la crisis social que estamos viviendo.

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